Publicación liderada por egresado de la Usach es portada en revista Nature Geoscience

Investigación del chileno Maximiliano Amenábar propone un cambio de paradigma respecto a cierto tipo de microorganismos los que se comportarían no sólo por el contenido energético del medio en que se desarrollan sino que también en función de la energía que necesitan para metabolizarla.
Por: Nicolás Gaona Reydet
 
 
“Sin duda que mi formación como bioquímico de la Universidad de Santiago ha sido fundamental en mi desarrollo profesional” nos contesta Maximiliano Amenábar egresado de la Facultad de Química y Biología quien debido a su estudio titulado “Microbial preference dictated by energy demand rather than supply” fue portada de la edición de agosto de la revista Nature Geoscience.
 
“Para mí ha sido toda una sorpresa. La verdad es que no lo esperaba. Con el solo hecho de tener mi investigación publicada en esta revista ya estaba feliz ya que como es una revista de alto índice de impacto cuesta mucho publicar” contesta Maximiliano desde la Universidad Estatal de Montana (“Montana State University”), lugar donde finaliza sus estudios doctorales en Microbiología. 
 
La publicación, producto de tres años de trabajo, revierte uno de los “dogmas” como lo declara Maximiliano de la microbiología al postular la existencia de cierto tipo microrganismos que crecen y se distribuyen no solamente en función del contenido energético del medio en que se desarrollan sino que también están los que lo hacen en función de la energía que necesitan para metabolizarla.  
 
Ese es el caso de la arquea Acidianus sp. DS80 microorganismo termoacidofilo (vive a altas temperaturas y pH ácido) que se encuentra en una de las termas del Parque Nacional de Yellowstone en Estados Unidos y que para sorpresa, y según lo pudieron observar durante el estudio, “prefiere crecer con los substratos que rinden la menor cantidad de energía”.
 
“Esto tiene un impacto significativo en astrobiología o en otras ciencias debido a que indica que cálculos termodinámicos de la energía disponible por sí solo no son suficientes para predecir la distribución de microorganismos y sus actividades metabólicas en el ambiente” contesta Maximiliano respecto a la publicación desarrollada en el Laboratorio de Geobiología de su tutor, el Dr. Eric Boyd.
 
Las implicancias y repercusiones de este descubrimiento son inimaginables debido a su relevancia para la biología, la geoquímica y dado que además se aplica a todo tipo de ambientes “por lo que tendría un impacto más global” responde el investigador.
 
Esta nueva manera de entender la distribución de los microorganismos amplía los límites y el concepto respecto a cuáles son las condiciones mínimas necesarias para que algo vivo pueda existir o, dicho de otra manera, “las condiciones de habitabilidad” como explica Maximiliano. 
 
“Los ambientes extremos, tales como los encontrados en Yellowstone, representan un laboratorio natural para estudiar la presencia de vida en condiciones extremas (para nosotros) y nos permiten ampliar los límites de habitabilidad.  Mi estudio en particular va ayudar a entender la distribución de microorganismos en el ambiente, lo cual podría ser eventualmente aplicado en un futuro para estudiar la distribución de microorganismos en otros planetas, en caso de ser detectados”, agrega.
 
Hoy Maximiliano se encuentra con sus estudios de Doctorado en Microbiología completos y a la espera de empezar un postdoctorado en la misma universidad donde actualmente trabaja. Comenta que en unos años más adelante, buscará volver al país para reinsertarse “e iniciar distintas colaboraciones entre Chile y Estados Unidos u otros países”.
 
Respecto a su formación de pregrado recuerda el desarrollo de su tesis “Purificación y caracterización de la enzima Glutamato Deshidrogenasa a partir de microorganismos aislados de estufas de esterilización” realizada en la universidad bajo la tutela de la Dra. Jenny Blamey de Fundación Biociencia y la Dra. Milena Cotoras, actual Directora del Departamento de Biología de la Facultad, como profesora patrocinante.
 
“Con el transcurso del tiempo me di cuenta que la formación que recibí durante pregrado me ayudó considerablemente durante mi doctorado ya que me dio los conocimientos necesarios para terminar mi PhD por lo que me atrevo a decir que en general la formación de pregrado que reciben los estudiantes de la USACH no tiene nada que envidiar a la de otras instituciones”, comentó el investigador no sin antes agradecer a CONICYT y al programa Becas Chile por el financiamiento de sus estudios y a sus profesores de la Facultad de Química y Biología.
 
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