Clase abierta y gratuita: Fármacos II y el nuevo escenario para los medicamentos y dispositivos médicos
Académico busca potenciar el uso de la plata con fines médicos
Las propiedades de la plata son conocidas desde las antiguas civilizaciones. Los egipcios utilizaban recipientes hechos con este material, para almacenar víveres y conservar el agua fresca. Luego, se descubrió su gran capacidad antibacteriana, masificando su uso con fines clínicos. Su utilización en fármacos y prótesis clínicas de distinto tipo ha significado un importante avance en la medicina, desde remedios que solucionen la gastritis, hasta implantes dentales de distinto tipo.
Aun así, la sensibilidad ante la luz, impide el uso de la plata de forma más activa, tal como hoy se aplica el cobre u otros metales con propiedades parecidas. Esto se podría solucionar si se conocieran los mecanismos de comportamiento de sus elementos, los que no han sido estudiados en profundidad.
Frente a esta incertidumbre, el académico de la Facultad de Química y Biología, y especialista en Bioinorgánica, Dr. Manuel Azócar, lidera un proyecto financiado por el Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Dicyt) que busca encontrar los compuestos adecuados que logren estabilizar y potenciar el uso de la plata con fines médicos y disminuir su comportamiento fotosensible en el medio ambiente.
“Con este proyecto, logramos estabilizar el ion de plata que es altamente sensible a la luz y el aire, en su estado totalmente soluble, y que actúa con sus propiedades antibacterianas como agente universal y muy estable en el tiempo”, explica el académico sobre su investigación. El proyecto “Actividad antimicrobiana de la plata (I) complejos con moléculas anti-inflamatorias”, pretende, además de bloquear la fotosensiblidad de la plata, investigar distintas propiedades del metal, como su capacidad anti-inflamatoria descubierta en los primeros estudios. Dicho descubrimiento le otorgó un premio en el 12° Simposio Internacional sobre Iones Metálicos en Biología y Medicina, en Uruguay, a comienzos de este año.
Junto a estudiantes de pregrado en Licenciatura en Química y la colaboración de la Dra. Maritza Páez, el investigador desarrolla su estudio en tres etapas. La primera ya erstá concluida y consistió en la preparación de compuestos, obteniendo resultados en tiempo récord. Actualmente, se desarrolla la segunda etapa, que se basa en evaluar la capacidad antibacteriana de los compuestos y la dosis que se necesita; para finalizar con una tercera fase, que concluirá en un análisis de la toxicidad de las moléculas. Esta última se realizará en colaboración con la Universidad de Chile.
Sin embargo, para continuar con las investigaciones que permitan mejorar el producto final, el Dr. Azócar necesitará postular a distintos proyectos para el financiamiento de dichos estudios. “En nuestros laboratorios siempre hacemos nuestros estudios pensando en las necesidades de la comunidad a nivel mundial, y estamos conectados con investigadores que desarrollan actividades similares, con el fin de corroborar si es necesario profundizar o mejorar cosas”, señala el académico, explicando su intención de postular a fondos de ciencia aplicada en un corto plazo.
Una vez finalizado el estudio, se podrá acceder a los resultados a través de publicaciones en revistas especializadas, y en simposios y congresos donde se expondrán los avances en el tema.
El investigador concluyó señalando que la idea es obtener un fármaco, de aplicación dérmica, a través de la ejecución de un futuro proyecto Fondef. “No queremos que el fruto de este trabajo quede sólo en un artículo científico, sino apuntar a la aplicación en beneficio de la comunidad”.
Por Jorge Rubio