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“Chile no va a avanzar si no se hace ciencia con ganas, vocación y agrado”
Químico, gamer, adicto a la café, Ángel ha intentando resolver a través de su vida universitaria lo que ha sido una inquietud que lo persigue “cómo llenar un vacío que están dejando la enseñanza de las ciencias en los colegios” y que reconoce que vivió en carne propia cuando cursó sus estudios en una escuela técnico particular subvencionada en San Joaquín “donde la enseñanza de las ciencias era de tiza y pizarrón”, indica.
“Chile no va a avanzar si no se hace ciencia con ganas, vocación y agrado. Mucho menos se entenderá que un país crece en los brazos de un desarrollo científico”, explica al inicio de la conversación este joven estudiante quien por cuarto año consecutivo estará a cargo de la coordinación de las visitas de los colegios y de sus compañeros que lo apoyan en la realización de la actividad.
Fanático de la lectura y de “estudiar cosas no relacionadas con la ciencia como programación, violín, pintura, mitología e historia”, por estos días Ángel pasa sus días en las primeras clases del programa de Magíster en Química de la Facultad de Química y Biología y apoyando las labores de la Fundación Más Ciencia, donde forma parte del directorio.
Convencido de que “el punto más débil que tiene nuestro país en estos días es la difusión y la divulgación científica”, dice estar sorprendido por el interés que ha despertado la Feria Científica a través de lo años “tanto en cachorros como en el público general, ajeno a la universidad”.
“El éxito de la Feria se debe al tipo de educación que estamos tratando de dar, hecha por los que están estudiando ciencia y con experiencias fáciles de explicar y muy entretenidas” piensa Ángel, quien además sostiene que la actividad “a punta de trabajo se ha transformado en una tradición y en algo que las personas esperan”.
¿Por qué no haberla enfocado a empresas? “Fácil” dice Ángel “haber estudiado en la Facultad de Química y Biología de la U. de Santiago permitió que desarrollara mi parte creativa, con un espíritu social y de servicio innegable” comenta en torno a lo que significó haber sido formado bajo el sello distintivo de la Universidad de Santiago de Chile.